El equipo femenino de baloncesto de la universidad canadiense Vancouver Island, las Mariners, protagonizó un acto de valentía y unidad al negarse a jugar contra el Columbia Bible College (CBC) en defensa de su compañera trans Harriette Mackenzie. La decisión se tomó tras un incidente ocurrido en octubre, cuando la entrenadora del CBC, Taylor Claggett, cuestionó públicamente la participación de Mackenzie en los partidos, alegando que tenía una "ventaja injusta" por ser una mujer trans.
El enfrentamiento escaló durante el segundo partido entre los dos equipos, en el que Mackenzie fue objeto de ataques comentarios transfóbicos. En una jugada, incluso fue derribada violentamente por una jugadora rival. Días después, Mackenzie denunció la transfobia del entrenador y el impacto que este tipo de actitudes tiene en las jóvenes queer: "Estoy cansada de que narrativas dañinas hagan que las personas jóvenes queer sientan que no tienen un lugar en el deporte", expresó en Instagram.
La respuesta del equipo fue unánime: redactaron una carta dirigida a la liga PACWEST y a las autoridades de la universidad, condenando tanto el comportamiento de Claggett como la falta de acción de la liga. "No nos sentimos seguras jugando contra ese equipo mientras la entrenadora tenga libertad para comportarse así", afirmaron. Además, criticaron que el CBC sea sede de un torneo dado su historial tránsfobo.
"Todas deberíamos ser libres de ser quienes somos y de jugar al deporte que amamos en un entorno seguro y que nos brinde apoyo, incluidas las personas queer y trans", comparten las Mariners.
El proyecto 'La Liga Arcoíris', financiado por la Viceconsejería de Igualdad y Diversidad del Gobierno de Canarias, busca generar espacios deportivos seguros y respetuosos con la diversidad sexual y de género.